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miércoles, 12 de junio de 2013

Porfirio Díaz, Vida y Gobierno

Temas:
La niñez de Díaz
Lucha por el poder
Único intervalo
Carmelita y Don Porfirio
Paz a toda Costa
La reelección
Ideología porfiriana
Los días del general



La niñez de Díaz (orígenes)
            No se sabe la fecha exacta en la que Porfirio Díaz vio la luz por primera vez, sin embargo, varios historiadores concuerdan que la fecha más exacta es la que aparece en su fe de bautizo, 15 de septiembre de 1830; fue el sexto hijo de Faustino Díaz y Petrona Mori, de sangre criolla e indígena; nació en el estado de Oaxaca.
            Sus hermanos se llamaron Desidera, Cayetano, Pablo, Manuela, Nicolasa y Félix, éste último era más chico que Porfirio.
            Su padre, José Faustino Díaz, durante la tercera década del siglo XIX, administraba el “Mesón de la soledad”, que era un hotel de la época, el cual brindaba albergue a cambio de una pequeña cantidad de dinero a los necesitados de descanso, tras largas jornadas de camino; comerciantes y viajeros que buscaban seguridad y reposo.
            Además contaba con un local donde realizaba trabajos de herrería. Atendía también un pequeño consultorio veterinario, lo que le permitió a su familia vivir con comodidad durante algún tiempo, ahí de esa manera vivió con su hijo Porfirio en sus primeros años, quien más tarde tuvo la grandiosa oportunidad de asistir a la escuela.
            En Oaxaca hubo una epidemia de cólera, la cual le arrebató  a Faustino Díaz la vida, el 18 de octubre de 1833. Sus restos fueron velados e inhumados en la iglesia de San Francisco, Porfirio su sexto hijo, apenas tenía cumplidos tres años.
            Con la muerte de su esposo, Petrona Mori se convirtió en el pilar económico de sus hijos, durante un tiempo administró el “Mesón de la Soledad” hasta que no fue rentable, entonces vendió sus fincas y se instalo junto a sus descendientes en una modesta propiedad, llamada “El solar del Toronjo”.
           


Hilando puntas de rebozo, pudo costear Petrona Mori la asistencia de sus hijos a la escuela. “… su buen juicio y sus deberes de madre, le proporcionaron la manera de prolongar por mucho tiempo aquellos escasos recursos”. Porfirio Díaz
            En febrero de 1837 Porfirio fue enviado a aprender sus primeras letras a una amiga, que, en la Oaxaca de aquellos tiempos, no era sino una escuela de niños pequeños. Su madre un año después habría de instalar una por su cuenta, el año que le siguió, Díaz ingresó a la escuela municipal primaria a sus ocho años de edad, uno de sus maestros fue José María Crespo.
            A los once años, a causa de su mare, consiguió un trabajo de aprendiz en una carpintería, y a los doce años, apoyado por su primo, el sacerdote Agustín Domínguez que también era su padrino de bautizo, Porfirio ingresó en calidad de oyente al seminario conciliar de Oaxaca.
            En este tiempo la iglesia ejercía un papel preponderante. Era común escuchar en los diversos oficiales invocaciones a Dios.
            Desde 1843, el padre José Mariano Godínez señalaba: “…vemos que las fiestas no se santifican: el cumplimiento de la iglesia se ha dejado para los muchacys (sic) y para las beatas*… así vivimos hombres que. Despreciando los ritos más edificantes de la iglesia de Dios, adoptan las ridículas ceremonias de una sociedad secreta y se honraban con un mandil: aún hoy palpamos que nuestras solemnidades se reducen a obras estériles, que no producen los frutos del espíritu de la religión del alma”.
            El sermón tuvo lugar en la parroquia de la soledad, tal vez fue escuchado por el aún joven Porfirio, que casi paralelamente había ingresado al seminario.
            A la muerte de su padre, Porfirio Díaz había quedado bajo la tutela de José Agustín Domínguez. Con la intención de estudiar el Bachillerato en Artes, Porfirio ingresó en 1843 en el seminario Tridentino de Oaxaca. Tenía trece años. Como el curso ya se encontraba muy avanzado a su llegada no pudo presentar los exámenes correspondientes. En 1844 tomó nuevamente la cátedra de “mínimos” –que era el primer año de latín, y “medianos” el segundo– y a partir de entonces alcanzó la más alta calificación durante los 5 años de preparatoria. Para graduarse necesitaba cursar, de acuerdo al plan de estudios, dos años de latinidad y tres de filosofía. Entre 1846 y 1848 estudió lógica, metafísica, física general, matemáticas, física particular y ética, que eran las materias básicas para acreditar los estudios en filosofía y terminar la educación media en Artes.
            Al poco tiempo conoció a José Justo Benítez, quien se convirtió en su consejero y guía.
            En febrero de 1845, inició sus estudios de bachiller, cursando el primer año de latinidad con el presbítero Macario Rodríguez. A los ocho meses nació su sobrino.
            Porfirio Díaz heredó de sus padres la tenacidad y el carácter necesario para hacer frente a las situaciones adversas*: al cumplir 18 años se hizo cargo de su familia. Sin abandonar sus estudios desempeñó los mas diversos oficios, como por ejemplo: armero*, zapatero, carpintero, bibliotecario…
            Era un joven de buena talla, notable desarrollo físico, con inclinación, aptitud y el gusto por los ejercicios atléticos, la natación y los trabajos manuales.
            Su verdadero sueño era la carrera militar; adquirió en plena adolescencia un manual de ejercicios físicos, y construyó un gimnasio dentro de su casa, uno pequeño.
            Junto con sus amigos y su hermano Félix Díaz, improvisó aparatos gimnásticos donde fortalecía su cuerpo. Cuando no tenía nada que hacer visitaba al zapatero Nicolás Alpídes. Se ganó una buena fama, la del que aprendía con solo mirar, pues siempre ponía mucha atención al trabajo, aunque estuviera en plena charla.
            Con retazos de tela y suela logró hacer suficientes pares para toda su familia. “…regularmente en vacaciones hacía muchos pares para tener más tiempo libre el resto del año que dedicara a otros trabajos. Después hice zapatos para mí y para mi hermano. Llegué a hacer zapatos finos, botas buenas, y naturalmente a *mucho menos costo del que tenían comprados en la zapatería.” Porfirio Díaz
            En la plaza de las Armas, conseguía fierros viejos, cañones usados y llaves de chispa. Los ensamblaba y hacía escopetas, y con la herramienta de un amigo suyo fabricaba culatas; disfrutaba mucho el oficio de armero*. Con frecuencia en sus excursiones de caza, se cruzaba con indígenas que le ofrecían comprar su escopeta, sin embargo, el ofrecía componer y modificar las suyas a su gusto; su arma tenía mucho cariño por parte de él. Luego de una semana les devolvía sus rifles por un precio previamente acordado.
            Le fascinaba trabajar la madera, con unos utensilios llegó a fabricar sillas, mesas y otros objetos. No tenía torno, así que fabricó uno casero (muestra de su inteligencia) que hizo unos muelles sostenidos del techo, que el movía con el pie, y en la misma forma remplazaba otros instrumentos que le hacían falta.
            “… Me gustaba mucho trabajar la madera, y después me hice de una herramienta imperfecta e incompleta, y llegué a fabricar mesas, sillas y otros objetos. Me faltaban muchos instrumentos: no tenía, por ejemplo, torno, y para sustituirlo me valía de unos muelles sostenidos del techo, que movía con el pie, en la misma forma, reemplazaba otros varios instrumentos de carpintería”. Porfirio Díaz
Comienza la edad adulta.
            Porfirio capitaneaba a los muchachos de su barrio, donde les conocían como “Los Alzados*”, que en un año después se dirían como el batallón* “Libres”.
            Durante sus estudios de filosofía en sus años de bachiller dentro del seminario, su maestro fue Macario Rodríguez, quien tiempo después alentó a varios estudiantes les dijo que su deber era cooperar en la lucha contra el ejército invasor, así que un grupo de alumnos se presentó ante el gobernador Joaquín  Guergué, para ofrecerse como voluntarios de la Guardia Nacional.
            Porfirio fue enlistado en el batallón* “Trujano”, que por la juventud de sus miembros era conocido como el “Peor es nada”, ahí realizó ejercicios, guardias y tareas de patrullaje.
            Poco tiempo más tarde realizó su primer examen de filosofía, el resultado fue excelente, así, de la misma manera aprobó el segundo año. Luego de esto comenzó a impartir clases particulares en las que preparaba a los colegiales para sus pruebas de conocimiento. (1847-1848)
            A sus 19 años ofreció sus servicios al comerciante Joaquín Vasconcelos, quien a cambio, prefiere obsequiarle algunos libros, y además lo invita a continuar sus estudios.
            Porfirio impartió clases de latín a Guadalupe Pérez, hijo de uno de los más destacados abogados de la época, el Licenciado Marcos Pérez, con quien trataba amistad.
            Cuando Díaz aprobó su tercer año de filosofía concluyó sus estudios de bachiller en Artes. El mismo año (1849), José Agustín Domínguez, primo y padrino, le ofreció, si él accedía a continuar sus estudios en la carrera eclesiástica, una beca, y más tarde los beneficios de una capellanía.
            Marcos Pérez, masón, su amigo y tutor espiritual, liberal y maestro de derecho en el Instituto de Ciencias, lo invita a asistir a reuniones académicas, en las cuales el joven seminarista escucha discursos progresistas y se relaciona con ciertos asistentes como Benito Juárez, a quien conoció en una entrega de premios. Juárez lo atrapó con su trato abierto y cordial, y esa misma noche, Díaz decidió abandonar el seminario.
            “…entusiasmado entonces por lo que había visto y oído, formé la resolución de no seguir la carrera eclesiástica. Luché conmigo mismo toda la noche y no pudiendo soportar el estado en que me encontraba, comuniqué a mi madre mi resolución al día siguiente”. Porfirio Díaz
            Su madre, y José Agustín Domínguez lo lamentaron mucho, éste último le hace saber que no quiere volver a verlo, le retiró sus ofrecimientos y exigió de vuelta los libros que con gran esperanza le había regalado a su joven ahijado. (1849)
            Porfirio, optó por la carrera de leyes y se inscribió en el instituto  de Ciencias y Artes de Oaxaca, que varios hombres de fe (Clérigos, entre otros) consideraban “Casa de herejes”, y en la biblioteca del edificio consultó numerosas obras europeas en boga*, que trataban temas de química, física, astronomía, geografía y farmacéutica. Marcos Pérez fue uno de sus maestros.
            Petrona Mori, su madre, se vio obligada por las deudas a vender la casa de la calle de Liebres. El solar del Toronjo pasó a manos de Francisco Mora por doscientos pesos. (Junio 1850). Dos meses después le entregó a su sexto hijo, Porfirio, el poco dinero que había dejado su padre, José Faustino Díaz.
            El 30 de enero de 1852 asistió a un curso de estrategia y táctica militar organizado por el gobierno del estado.
            El mismo año en el mes de abril fue iniciado en los secretos de la masonería en la Logia del Cristo del Rito Nacional. La primera logia masónica de importancia en Oaxaca fue fundada entre 1841 y 1845. Tenía como sede la casa del gobernador Antonio de León. A pesar de la abierta condena de la iglesia, la organización casi secreta hizo de ella un ámbito ideal para la discusión de ideas liberales. La masonería hacía las veces de una cofradía laica o un partido político en potencia.
            Aquí era venerable Benito Juárez. Marcos Pérez presentó a Díaz a estas reuniones, y la relación entre ambos se estrechó más al amparo de la logia.
            Díaz ya había declarado su hostilidad en junio de 1853 al gobierno de Antonio López de Santa Anna, quien se hacía llamar su alteza serenísima; a raíz de esto se vinculó con un grupo liberal en julio, que planeaba una revolución en Oaxaca, en el cual, era comisionado como correo de los conspiradores, en ese momento se salvó de caer preso gracias a la intervención de Marcos Pérez.
            El mismo mes días antes, como pasante de derecho comenzó a trabajar en el bufete de Marcos Pérez.
            Marcos fue aprehendido en noviembre de 1853 por su oposición a Santa Anna. Porfirio junto con su hermano Félix Díaz escaló el convento de Santo Domingo, donde estaba preso su maestro e ingeniosamente lo mantuvo informado sobre su proceso judicial, además de los cambios políticos que agitaban al país.
            Días describía a Pérez como “hombre de claro talento, vasta ilustración, extraordinaria honradez y fuerte carácter”.
            “En el convento de Santo Domingo, que por su solidez era casi una fortaleza, estaba el cuartel del Batallón Activo de Oaxaca… Había en el una prisión especial para los frailes llamada La Torrecilla, en donde se puso a don Marcos Pérez. Tendría La Torrecilla como tres metros de largo por dos de ancho, con una puerta en un extremo y una ventana alta en uno de sus lados, de modo que desde la puerta se podía ver todo lo que pasaba en su interior”. Porfirio Díaz
            Díaz nunca se recibió de abogado, fue un buen alumno pero nunca obtuvo premio alguno por su desempeño académico. Su aprovechamiento dentro de las aulas fue reconocido por sus maestros de otra forma: lo recomendaron para ocupar una plaza dentro del  instituto.
            Así después de su experiencia como bibliotecario en la institución (el 13 de marzo obtiene el empleo y el 10 de mayo lo pierde por no ser partidario de Santa Anna), y debido a la ausencia de Manuel Iturribarria, quien era maestro titular, fue asignado profesor interino de la carrera de derecho natural y de gente. Lo impartió algunos meses. Gracias a ella pudo aliviar temporalmente la difícil situación económica de su familia.
            “Por el año de 1854 fui bibliotecario del Instituto, como sustituto de don Rafael Unquera, a quien daba yo la mitas de los veinticinco pesos mensuales asignados a este empleo. Este es el primer sueldo que tuve, y él, aunque pequeño, vino a mejorar grandemente mi situación pecuniaria”
            Siendo solo un pasante consiguió el poder para representar legalmente al pueblo de Valle nacional. Éste le resultó muy lucrativo, ya que por la importancia de la región, le pagaban un noble sueldo.
Época de guerra
            Los acontecimientos que sucedieron en 1854 terminaron por arrastrarlo hacia el camino de las armas, pues este año, el primero de marzo se proclamó el plan de Ayutla, y Porfirio decidió tomar armas en contra de la dictadura de Santa Anna.
            El gobierno convocó a un plebiscito para determinar si el presidente debía o no permanecer en el poder, no solo [Porfirio] votó por la negativa, sino además sugirió que sea el general Juan Álvarez quien ocupe la presidencia. Su acto le vale tener que escapar a la Sierra donde inició su carrera militar, pues se emitió una orden de arresto en su contra, por haber manifestado su oposición y a favor de Álvarez. Eso no le agradó en lo más mínimo a Santa Anna.
            Luego de huir se incorporó a la guerrilla de José Ma. Herrera, integrada por indios monteros armados con machetes y una que otra escopeta de caza. Los disciplinó y preparó para el combate. Esta fue la primera vez que puso en práctica los conocimientos militares que adquirió en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.
            El 1° de diciembre de 1854, en la cañada de Teotongo, la unidad derrotó a una unidad del ejercito Santanista, este fue su primer hecho de armas. Con esto, Díaz había contribuido a la caída definitiva de “Su Alteza Serenísima”; quien abandonó el poder y se embarcó a Veracruz rumbo al exilio, el 16 de agosto de 1855, un día jueves.
            Con el triunfo de la revolución de Ayutla, el gobierno de Oaxaca nombró a Porfirio jefe político del distrito de Ixtlán. Su gestión duró cerca de un año y durante ella se logró organizar la Guardia Nacional del Distrito. Y para el 22 de diciembre de 1856, Benito Juárez –quien era gobernador de Oaxaca– lo designó como capitán de infantería de uno de los batallones. Entre un puesto civil con mayor sueldo y un mando militar con más gloria.
            En Oaxaca, la guerra de reforma comenzó antes que en otras partes del país. En la terrible batalla de Ixcapa, el capitán Porfirio Díaz fue herido de bala por el bando conservador.
            “En los primeros disparos… fui atravesado de la última costilla falsa… El tiro me derribó, pues fue tan cerca que quedaron incrustados en… mi ropa, algunos granos de pólvora… pero me repuse violentamente, y como lo exigía la presencia del enemigo me levanté, estimulé a mis soldados y pusimos en fuga a la columna.” Porfirio Díaz
            Antes de sanar completamente se reintegró a la lucha. Un médico liberal, reconocido, de Tlaxiaco, le había atendido, don Esteban Calderón, quien lo operó con ayuda de su hija Carmen, futura esposa de Vasconcelos. Sus jefes fueron José María Díaz Ordaz e Ignacio Mejía. Sus enemigos, los hermanos Cobos.
            Conforme avanzó la guerra, Porfirio fue ascendido en grados militares: mayor, teniente coronel y coronel, en tan solo tres años. Pero junto a su experiencia militar descubrió una capacidad suya, la de gobernar hombres. Fue entonces, en Tehuantepec cuando conoció a un viajero Francés, Carlos Esteban Brasseur.
            “Su aspecto y su porte me impresionaron vivamente… ofrecía el tipo indígena más hermoso que hasta ahora he visto en todos mis viajes: Creí que era la aparición… de Guatimozin, tal como me lo había imaginado… sería de desear que las provincias de México fueran administradas por hombres de su carácter.” Brasseur, el profeta.
            “Alto, bien hecho, de una notable distinción, su rostro de una gran nobleza, agradablemente bronceado, me parecía revelar los rasgos más perfectos de la antigua aristocracia mexicana. Porfirio Díaz, por lo demás, era todavía muy joven.”            Carlos Esteban Brasseur
            Asimismo Díaz escribió a Juárez en Tehuantepec.
            “Ofreciendo a usted mi espada para los sagrados derechos de nuestra patria; seguro que mi débil puño procurará manejarlo… de una manera proporcionada a la grandeza del objeto al que está consagrada.”
            El 25 de febrero de 1858 Porfirio participó en la toma de la plaza de Oaxaca, contra las fuerzas conservadoras de José María Cobos.
            Cuando llegó, el 22 de Julio, fue ascendido a comandante de batallón de la Guardia Nacional.
            Y el 17 de julio de 1859 lo ascendieron a teniente coronel. “Sorprendí al enemigo en la Mixtequilla y lo seguí hasta el rancho de los Amantes, donde lo derroté por completo… Esta acción me valió el ascenso a teniente coronel por el teniente del estado”      Porfirio Díaz
            “El 24 de agosto, mi madre [Petrona Mori] murió en 1859. Las necesidades del servicio me hicieron venir a Oaxaca” “…La encontré enferma pero ignoraba su gravedad… No tuve el consuelo de verla morir, pues falleció dos días después de mi salida de Oaxaca” Porfirio Díaz
            El 22 de noviembre expuso en sus memorias “El cirujano de un buque de guerra de los Estados Unidos… me extrajo la bala que me hirió en la acción de Ixcapa”. Por el enfrentamiento en Tehuantepec contra los conservadores y la conducción de armamento en Minatitlán al puerto de la Ventosa, el mismo día fue ascendido a coronel de infantería. (1859).
            En enero de 1860, sufrió su primera derrota en lo que llevaba de su exitosa carrera militar, Porfirio se sintió muy mortificado luego de esto.
            Por segunda vez, los liberales pusieron sitio a la cuidad de Oaxaca; para evitar la ruptura de éste, Díaz sostuvo dos acciones de gran importancia, una en el Fortín de la Soledad y otra en el Marquesado. (1° de febrero)
            “La batalla que dio por resultado la toma de Oaxaca me valió el ascenso a coronel del ejercito permanente que me mandó de Veracruz el presidente Juárez [en esta acción] recibí una bala que me inutilizó mi pierna derecha.” Porfirio Díaz
            El 4 de enero de 1861, Porfirio y el Gral. González Ortega siguieron la marcha para el Estado de México; el ejército conservador había sido derrotado por completo.
            Al término de la guerra de Reforma, el general Porfirio Díaz fue electo a diputado del Congreso de la Unión. Se trasladó a la cuidad de México para ocupar su puesto. No sabía mucho de las actividades parlamentarias. “Soy soldado, y pido permiso para ir a pelear” dijo al enterarse del fallecimiento de los mártires liberales. Siendo diputado federal por el distrito de Ocotlán del estado de Oaxaca, pide permiso a la cámara para salir a combatir al general Márquez que amenaza la cuidad de México.
            De inmediato se presentó ante el general Mejía, quien se encontraba defendiendo el punto de la Tlaxpana por el rumbo de San Cosme: tomó el mando de algunos soldados y según sus palabras, se arrojó contra los soldados, los detuvo y dispersó, la calzada quedó llena de muertos. Tiempo después se incorporó a la columna del general Jesús González Ortega.
            En Jalatalco, la eficacia de Díaz fue una determinante para el triunfo liberal. Esta campaña le trajo un amplio reconocimiento público, y su ascenso a general; tenía apenas 30 años de edad.     “Con motivo de la victoria me dio el gobierno del Sr. Juárez el grado de general de brigada” Porfirio Díaz (13 agosto 1861)
            Un mes después apoyó las tropas del general Santiago Tapia, y en Pachuca derrotaron nuevamente a Márquez. Obtuvo mención especial y nota sobresaliente.
            A finales de 1861, llegaron a México los ejércitos de España, Inglaterra y Francia, el último no respetó los tratados “Preliminares de la soledad” y siguieron con la invasión. “Recibí una nueva orden en la que se me prevenía sobre Acultzingo… El ejército invasor apareció en las cumbres,… a medio tiro de fusil… Duró el combate hasta las 10 de la noche.” Porfirio Díaz (28 abril 1862)
            Francia, al mando del general Carlos de Latrille, conde de Lorencez. El gobierno Mexicano designó como comandante a Ignacio Zaragoza, quien se replegó con sus tropas a Puebla, incorporados a éste ejército, Porfirio y su hermano Félix presenciaron la terrible catástrofe de San Andrés Chalchicomula: La explosión de un depósito que mató a más de 900 soldados que estaban acuartelados en pisos superiores, todos ellos de una brigada originaria del estado de Oaxaca.
            La mañana del 5 cinco de mayo de 1961 ocurría el hecho por el cual Díaz se daría a conocer a nivel nacional. El general Lorencez se sentía apoderado de México y esperaba el ejército de Oriente, dispuesto a resistir el ataque.
            Los generales mexicanos entre los cuales se encontraba Porfirio Díaz estaban esperando el ataque en sus posiciones. Al medio día, a eso de las 12 comenzó el cañoneo. El ejército Francés se avanzó contra los fuertes y una y varias veces fueron rechazados después de que Félix Díaz, su hermano gritara, “¡En nombre de Dios, arriba nosotros!” siguiendo su propia inspiración, Porfirio saltó de sus parapetos para seguir al enemigo, hasta que una orden de Zaragoza lo obligó a detenerse para no comprometer a sus tropas.
            “El C. general Díaz con dos cuerpos de su brigada… contuvieron y rechazaron a la columna enemiga que también con arrojo marchaba sobre nuestras posiciones… Mandé a hacer algo al C. general Díaz que con empeño y bizarría lo siguió, y me limité a conservar una actitud amenazante” Ignacio Zaragoza
            La jornada terminó cuando cayó un fuerte aguacero que detuvo los combates. En el campo Francés todo era confusión y tristeza; alegría y euforia.
            “Esta victoria fue tan inesperada que nos sorprendemos verdaderamente con ella, y pareciéndome a mi que era un sueño, salí en la noche al campo para rectificar la verdad de los hechos, con las conversaciones que los soldados tenían alrededor del fuego” Porfirio Díaz.        En esta batalla, Díaz había defendido un punto llamado ladrillera.
            El 17 de marzo de 1863 con 36000 hombres, el general Forey quien recibió la rendición y exhortó al ejército mexicano a firmar un documento por el cual se comprometían a deponer las armas le puso sitio a la ciudad de Puebla.
Porfirio y la mayoría se negaron. Forey decidió trasladarlos a Francia. En el camino, varios prisioneros, entre ellos Díaz escaparon. “Hubo un instante solemne en que el ímpetu de la carga, desmoralizo a mis soldados… en esos momentos disparé contra los franceses un obús que tenía en el patio, cargado con metralla… y la descarga los desmoralizó, al grado de que abandonaron el patio que ocupaban”.
            El 26 de mayo de 1863, el periódico “El constitucional” publicó:
            “El Sr. General D. Porfirio Díaz
Tenemos el placer de anunciar que se haya entre nosotros este valiente soldado del pueblo, cuyos hechos heroicos en la defensa de Zaragoza le han gran jeado una muy merecida reputación.”
            Forey y los conservadores trajeron a un emperador austriaco, Maximiliano de Habsburgo.
            …Maximiliano… permaneció en el país inclinándose unas veces a los conservadores, otras demostrando tendencias liberales… pero teniendo que someterse siempre a los dictados del mariscal Bazaine… Porfirio Díaz
            El gobierno mexicano abandonó la capital y se dirige hacia Querétaro. Porfirio se presentó ante Juárez en la Ciudad de México. Había desaliento por el gobierno por la caída de Puebla y por la derrota de Ignacio Comonfort, en San Lorenzo. Cuando Comonfort murió, días después, Juárez pidió a Díaz que eligieran ser nombrado comandante en jefe del ejército o bien, ministro de guerra. Sorprendido, Porfirio acertó solamente responder que no se sentía capaz de ocupar esos puestos, era muy joven, y había generales con mayor experiencia que él. El presidente Juárez le ofreció el mando del ejército del centro y le ordenó que escoltara al gobierno en su peregrinación hacia el norte.
            “En marcha para Oaxaca con objeto de formar un nuevo cuerpo del Ejército de Oriente, recibí un despacho del general de División… probablemente para que tuviera plenitud de facultades en el ramo militar” Porfirio Díaz (14 octubre 1863)
            Tiempo después, Juárez dispuso la reconstrucción, al mando de Díaz, del antiguo ejército de Oriente. Su base de operaciones estaría en el estado de Oaxaca. Es el momento en que Díaz asciende al más alto grado del ejército, el de general de división.
            El primero de diciembre de 1963, Porfirio asumió provisionalmente el gobierno de Oaxaca.
            El 10 de agosto de 1864, en San Antonio Nanahuatipán, Porfirio sorprende a los franceses pero por falta de apoyo se retiró con pérdidas considerables. Luego de la derrota, no tuvo más remedio que resguardarse en Oaxaca.
            Los franceses, acaudillados por su nuevo comandante, el mariscal Aquiles Bazaine, sitiaron la ciudad. A pesar de los reveses de Díaz, su actividad llamó tanto la atención del gobierno imperial, que éste intentó atraerlo a su bando. Naturalmente, Porfirio rechazó la oferta. Igual de natural, Maximiliano resolvió acabar con aquel caudillo de una vez por todas. Durante casi dos meses, Díaz resistió los embates del mariscal Bazaine, dando muestras de arrojo y valentía. Pero ante la falta de municiones y la deserción de sus soldados,  se vio obligado a rendirse.
            “El general Díaz era el primero en acudir al punto donde el peligro era más indigente, batiéndose como un soldado, realizando hazañas que rayaban en la temeridad, y causando admiración de sus subordinados. Éstos… sospecharon que Porfirio solo buscaba una muerte gloriosa en la trinchera, y en nombre del interés común le expusieron que debía conservar su vida, que pertenecía a la patria…” Ignacio M. Escudero
            “Calculo que la fuerza que tenía Bazaine al cerrar el sitio, ascendería a unos 9000 hombres del ejército francés y cosa de 1000 traidores… Al perder mi caballería me quedarían en la plaza 2800 hombres.” Porfirio Díaz
            “…la plaza de Oaxaca se había rendido, su jefe, el general Díaz, con todos sus subordinados había quedado prisionero…” Ignacio Manuel Altamirano
            Bazaine traslado a Porfirio a Puebla como prisionero de guerra; dado su alta peligrosidad, se le condujo bajo extremas medidas de seguridad.
            Díaz descubrió que era capaz de impresionar a los extranjeros y de ganar su voluntad. Hizo amistad con un oficial que tenía sus orígenes húngaros, el barón de Csismandia; éstos comían y paseaban juntos, hasta que el conde Thun decidió acabar y reforzó la vigilancia sobre Porfirio; quien prometió a Csismandia que no abusaría de su amistad ni escaparía para no perjudicarlo, pero, puesto fuera de jurisdicción de su amigo, de Austria Hungría, decidió escapar. Díaz era un experto en evadirse.
            Durante la Guerra de Reforma había utilizado inteligentemente los disfraces. Ahora, en su huída utilizaría una gran estratagema, peligrosa y audaz.
            “…aquí en Puebla, está prisionera el general enemigo Porfirio Díaz. Es un hombre respetable… Porfirio Díaz se ha evadido de la cárcel en Puebla. Se afirma que el primer teniente Csismandia de los húsares, sobornado con dinero, lo dejó pasar.” Conde Carlos khevenhiiller
            Aprovechando un espacio de descuido, burló la vigilancia puesta por los centinelas, se escurrió por los techos y descolgó por los altos muros del Colegio Carolino de Puebla. Sus subordinados lo esperaban con caballos para emprender la huida.
            “[Esa] tarde había yo añadido tres reatas que me proponía usar en mi evasión, y una daga perfectamente afilada, como única arma para defenderme de cualquier agresión” Porfirio Díaz (20 septiembre 1865)
            Desde su fuga en septiembre de 1865, hasta septiembre de 1866, Díaz se había vuelto un guerrillero. Se había logrado incorporar con sus pocos soldados, y era de nueve el jefe del Ejército de Oriente, cuerpo que no sobrepasaba los 300 hombres. El 10 de octubre de 1865, en busca de pertrechos, víveres y hombres, buscó apoyo en las montañas del sur, en la Providencia, estado de Guerrero; donde vivía el viejo general Juan Álvarez, quien le dio algunos mosquetes, 900 rifles y alistó a la gente del lugar a las filas del ejercito de la república. Mientras tanto en octubre, Maximiliano expidió una ley que condenaba a muerte a todos los defensores de la república y a quienes, de forma que fuere les prestaran su ayuda. El decreto sin embargo no arredró sino que avivó los hábitos republicanos. El mayor ejemplo de Tesón era Porfirio Díaz, según su secretario. Porfirio se iba convirtiendo en una viva leyenda; El resto del año se batió con mucha o poca suerte en Tehuitzingo, Piaxtla, Tulcingo y Comitipla.
            En febrero de 1866 la secretaria de guerra le comunica que se devuelve el mando de la Línea de Oriente con las mismas facultades que tenía antes de la caída de Oaxaca. Comenzando así una basta campaña en toda en toda la región. En Tlaxiaco obtuvo su primera victoria importante. Siguieron Pinotepa, Jamiltepec, Putla, Huajuapa y Nochistlan. Cada vez aumentaba más el número de sus tropas.
            “Hemos recibido noticias muy buenas de Oaxaca. El Gral. Díaz se habría incorporado a las fuerzas que estaban escalonadas esperándolo y a poco entro en campaña… Todo el estado seria insurreccionado…” Matias Romero a Benito Juárez
            “… Aquí comienzan las mil leyendas en las que se han mezclado su nombre” Justo Benítez
            El 3 de octubre, un día miércoles: “Considero la victoria de Miahuatlán como la batalla más estratégica de las que sostuve durante la guerra de intervención y la más fructuosa en resultados, pues me abrió las puertas de las ciudades de Oaxaca, Puebla y México.” Porfirio Díaz
            En octubre de 1866, Porfirio junto con “el Chato” Félix (su hermano) obraron de acuerdo para conquistar la cuidad, en la campaña de Oaxaca. En Miahuatlán, Porfirio diseminó estratégicamente a sus soldados, la columna enemiga saltó sobre ella, derrotándolo completamente. El botín de la guerra sirvió para armar sus tropas. La acompañaban ya algunos lugartenientes celebres: Manuel González, Carlos Pacheco, entre otros. Después de esta batalla, Díaz probó el amargo sabor de la sangre injustamente derramada: siguió las órdenes de Juárez y ordenó el fusilamiento de los oficiales mexicanos que habría hecho prisioneros pero respeto la vida de los extranjeros. Con su ejército ya reforzado, a los pocos días derrotó en la Carbonera a otra columna imperial: las dos batallas, Miahuatlán y la Carbonera, fueron los pilares con los que cimentó su prestigio militar.
            En la Carbonera, Porfirio intercepta y derrota a una columna de 1300 hombres que iban en auxilio de las tropas imperiales sitiadas en la cuidad de Oaxaca.
            Porfirio junto con su hermano sitiaba Oaxaca, que parecía convertirse en el eje de toda la guerra. Simbólicamente en aquel escenario político dominado por Oaxaqueños, la ciudad natal de Díaz seria la primera plaza simbólicamente por la república. Los imperialistas se rindieron.
            Díaz no empleó el cual recurso de fusilamiento sino uno mucho más efectivo, la clemencia y la generosidad. Solo se ejecutó a Juan Pablo Franco que había sido elegido prefecto y comisario imperial de Oaxaca, y había perseguido encarnizadamente a los republicanos.
            “Seguí estrechando el sitio  y cuando me preparaba a asaltar la ciudad (Oaxaca) el enemigo… me propuso la entrega de la plaza… (y) se rindió a discreción” Porfirio Díaz miércoles 3 de octubre de 1866.
            Para informar a Juárez de sus actividades, Porfirio enviaba su correspondencia vía Washington,  ahí la recibía Matías Romero, quien a su vez la reenviaba al presidente. Romero y Díaz eran grandes amigos, tanto que Matías le consiguió una buena parte del armamento contratado en los Estados Unidos. Cuando Juárez se entero de la toma de Oaxaca, comento eufórico a su yerno Santa Cilia  “Díaz es un buen chico.”   Ya en Oaxaca Porfirio se reencontró con su familia y descubrió que su sobrina Delfina, hija de su difunta hermana Manuela ya era una mujer.
“La ciudad de Oaxaca, en febrero de 1865, había sido ocupada por el ejercito francés, quedaba recuperada para la Republica por el mismo jefe que casi dos años antes había tenido que sucumbir…  El General Díaz recibió una ardiente ovación del pueblo de Oaxaca, que de mil maneras  le manifestaba su gratitud” Ignacio M. Escudero.
“(el obispo) Covarrubias se asusto mucho por que habiéndome mandado a preguntar que consideración le aguardaría si tomaba Oaxaca, y siguiendo mi sistema de aparentarme sanguinario para difundir terror, le conteste que lo fusilaría con su gran uniforme de obispo.” Porfirio Díaz. 
“PARTE NO OFICIAL. Derrota de una gravilla.  El periódico oficial de Puebla pública el documento siguiente: “Comandancia militar de Cuixtlahuaca, Noviembre 4 de 1866.
Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de V.E. que el día 28 del mes próximo pasado, a las 12 del día, he derrotado completamente a una gravilla de los disidentes de Porfirio Díaz, que procedente de Oaxaca, procuraba posesionarse de este distrito para cometer sus  acostumbradas depredaciones; pero yo con la fuerza de mi mando logré darles alcance en la cañada que le nombran San Bartola, entre el pueblo de Concepción y Astala: la gravilla se componía de 26 hombres todos a caballo. Después de un rato de combate, dejaron en nuestro poder 7 caballos, 1 mula, 3 mosquetes, 3 machetes, 1 rifle austriaco y todas las municiones que llevaba, siendo únicamente por la incomodidad del…”Diario del imperio, 12 de noviembre de 1866
 Luego tuve noticia de la captura de Franco, mande instaurar el proceso correspondiente… y fue sentenciado a muerte… y pasado por las armas en Oaxaca.
En febrero de 1867, Porfirio Rechazó la invitación que en nombre de Maximiliano hace Mr. Bournof para cooperar con el imperio “Conteste que mis únicas relaciones con Maximiliano consistían en batirlo o ser batido por él, Porfirio Díaz.”
Los franceses habían comenzado a retirarse, surgieran dos ejércitos republicanos, uno en el norte y otro en el accidente. Los batallones que se habían mantenido de pie, en la guerra eran el del centro, y el de oriente, este último comandado por Díaz, se encontraban cosechando triunfos.
El 7 de abril de 1867, había nacido en  Huaixota. Guerrero, una niña bautizada con  el nombre de Dionisia Amancia de Jesús e Inscrita como hija natural del general Porfirio Díaz, y de Rafaela Quiñones, una joven a quien Díaz conoció cuando buscaba el apoyo del viejo caudillo Juan Álvarez, Porfirio todo el tiempo reconoció  a su hija, a quien se conocía como Amanda Díaz, o AMANDITA. No la llevó a vivir con él y Delfina, pero sí se preocupó por su bienestar;  la encomendó primero con una familia amiga, y después, con la muerte de Delfina y su nuevo matrimonio, la dejó bajo la tutela del general Carlos Pacheco. Con el paso de los años, reunió a Amandita con sus otros hijos, bajo el mismo techo.
“Muchas personas que de tiempo la conocen han notado un cambio en su fisonomía, que tiende a mejorarla, La verdad es que la niña (Amanda) está robusta y buena, y lo que es más, bonita…” Malvina Suárez a Porfirio Díaz.
Antes de retirarse, Bazaine ofreció a Porfirio Díaz armamento y ropa a precio de ganga. Porfirio rechazo la oferta: Todo eso podía tomarlo como botín de guerra. Bazaine hizo un nuevo intento de congraciarse con él: Le entregaba a Maximiliano, con tal de que Porfirio se hiciera del poder y desconociere a Juárez, además de que negociaba una salida gloriosa para los franceses. Porfirio no lo escuchó.
El ejército de oriente marchaba al mando de Porfirio Díaz rumbo a la ciudad de Puebla. Luego de sitiarla recibió una muy importante noticia: Leonardo Márquez había salido de Querétaro y se dirigía a Puebla. Por el temor de quedar atrapado entre los dos fuegos, Díaz decidió tomar por asalto* la fortificada plaza, sus detractores dijeron que había comprado la entrega de Puebla  con algunos de los imperialistas, la verdad es que su decisión fue respetada hasta la víspera.  Había notificado sus planes a los principales subordinados en una junta de guerra.  La madrugada del 2 de abril, 13 columnas de ataque sorprendieron a la guarnición de Puebla. A las 9:00 a.m., era claro el triunfo de las armas republicanas: Porfirio había conquistado Puebla. Al pie de su nueva  política fusilo 20 oficiales imperialistas y el resto fueron perdonados. ”… el asalto* más audaz y heroico que se registra en nuestra historia militar…” Ignacio M. Escudero.
“Alargaría mucho esta relación si me detuviera a referir todos los actos de valor y arrojo de mis subordinados que al asalto* del dos de abril. Solamente diré que considero esta acción como una de las más importantes de las que sostuve durante la guerra…”Porfirio Díaz. –Entusiasmado por la victoria y por una mujer: su sobrina carnal Delfina Díaz no tardo mucho para escribirle pidiéndole su mano. Después de dudar unos cuantos días Delfina acepto, Porfirio que se encontraba atracado en las cosas de la guerra, envió un apoderado de nombre Juan de Mata Vázquez, presidente del  Tribunal Superior de Justicia del Estado, para que contrajera matrimonio en su nombre. Sin embargo surgió un contratiempo, Delfina era hija ilegitima de el doctor Manuel Ortega, que no le había reconocido, Díaz, presionó un poco al doctor Ortega y esto basto para que le diera su apellido a Delfina, la boda civil se celebró en Oaxaca el 15 de abril de 1867.
Mientras tanto Porfirio derrotaba a Márquez en San Diego Notario, San Gregorio y San Lorenzo, “En la acción de San Lorenzo hubo un solo fusilado, fue un oficial… (que), al ver desfilar  nuestras fuerzas, dijo en voz alta y en tono de burla y desprecio: ¡con que baraja hemos perdido!, y como esta exclamación era ofensiva a nuestro ejercito y convenía sostener su moral y su respeto, se le mando fusilar” Porfirio Díaz, “…Lejos de continuar mi marcha, forme batalla para batirlo (Porfirio Díaz), y él rehusó al combate; Siempre me honraba que así se condujera quien venía vencedor de Puebla y orgulloso con su victoria.” Leonardo Márquez.
“…Habiendo logrado Márquez esquivar un combate decisivo en la hacienda de San Lorenzo el 10 de abril de 1867, lo he perseguido de cerca… El enemigo abandonó para lograr salvarse, 62 carros de municiones, y otros efectos.” Porfirio Díaz.
“El mencionado general… soltero de treinta y cinco años de edad y actual general de la División del Ejercito Republicano…(y) la segunda (Delfina Ortega) … doncella de 20 años de edad… piden la celebración de su matrimonio con todas las formalidades necesarias… agregando que aunque hubo un impedimento de consanguinidad en tercer grado, éste fue dispensado por la superioridad entonces el expresado juez dijo…: Yo, en nombre de la sociedad y autorizado por la ley, los declaro legalmente unidos en matrimonio” Acta de matrimonio de Porfirio Díaz y Delfina Ortega.
La batalla de San Lorenzo se libró el 10 de abril de 1867 donde Díaz enfrentó a las tropas imperialistas de Márquez, Khevenhuller y Kodolich y dos días después pone sitió a la ciudad de México.
Para el miércoles 20 de junio del mismo año, la ciudad de México se rinde, y el  viernes las tropas de Porfirio ocupan pacíficamente la plaza. El 15 de julio recibe a Benito Juárez, quien entraba a la ciudad.
El sitio de la ciudad de México duró más de dos meses. Díaz no quería asaltar la ciudad, así que espero a que las tropas imperiales se rindieran y una vez que la ciudad rué tomada se abstuvo de liberar prisioneros, con una sola excepción: Santiago Vidaurri, traidor de la causa de Juárez y ministro de la hacienda imperial a causa de la muerte de Maximiliano y a que Leonardo Márquez se oculto al enterarse del fallecimiento de éste, Porfirio conquistó la capital sin derramar una gota de sangre, Juárez comenzó  a desconfiar de él: no fusilaba a los traidores. No era exacto al informar sus movimientos y órdenes. Desobedeció al gobierno al nombrar como jefe político del Distrito Federal a Juan José Baz
El General Porfirio Díaz en nombre de la República  libre e independiente ocupó la capital, arrancando de las armas de la gran ciudad la corona imperial que había grabado en ellos la ensangrentada espada de la invasión extranjera” Ignacio M. Escudero.
A oídos de Juárez llegó cierto rumor que Porfirio estaba formando un partido militar con el lógico y obvio propósito de llegar al poder.
Díaz había reunido un ejército jamás visto en México: 35.000 hombres. Y pese a esto permaneció leal al presidente. Lo invitó a regresar a la capital donde le dio un magnifico recibimiento, le entregó una bandera para que la izara en el palacio nacional y le rindió cuentas claras del ejercito de oriente. Luego pidió su retiro lo cual no le fue concedido. “Me dio tiempo para preparar la construcción de una gran bandera para enarbolarla en el Palacio Nacional el día de la entrada solemne del presidente, porque habiéndole dicho en una de sus cartas… que volveríamos a izar la bandera Mexicana en el Palacio, recordando su expresión de entusiasmo, prohibí que se izara la bandera en ése edificio hasta que personalmente lo hiciera el señor Juárez. El 25 de agosto el presidente y sus ministros asisten a un banquete de despedida en honor a Porfirio.  Sus amigos  le obsequian una espada con la inscripción: “Destrucción del imperio. Miahuatlan, Oaxaca, Puebla, México. Al C. Porfirio Díaz. Sus amigos, 15 de julio de 1867”.
Las relaciones entre Porfirio y Benito se deterioraban día a día. Se trataba de un licenciado que detestaba el militarismo y el militar que detestaban los licenciados “la patria estará siempre contenta con mi espada” Porfirio Díaz a Lucina de Baz, los periódicos de la época decían que el nombre de Porfirio iba “recorriendo la Europa en alas de la popularidad. Fue una gran impresión la que causó el fusilamiento de Maximiliano, incluso Manet, pintó aquel momento supremo, se dice que tomó como base de su obra las fotografías superpuestas que Aubert hizo del fusilamiento de Querétaro, y que además utilizó como modelo una de las fotografías que Aubert tomó de Porfirio Díaz. Porfirio acudía varias veces después del triunfo al estudio a fotografiarse vestido tanto de militar como de civil. “He aquí el primer ciudadano de la República. Intachable, probó modesto; sus eminentes cualidades le hacen digno de éste nombre… una nueva generación personificada Porfirio Díaz se levanta potente y majestuoso… ¡Paso a la nueva generación¡”  La Orquesta.
Lucha por el poder
En Enero de 1968 Porfirio inauguró la línea telegráfica entre Oaxaca y Tehuacan, la cual en gran medida fue financiada por él, el 14 de febrero Díaz le escribió al presidente Juárez, agradeciendo su preocupación por una caída que sufrió y le provocó perder el conocimiento algunos minutos, Porfirio había decidido renunciar al ejercito: “No puedo luchar contra los mismos con cuya cooperación obtuve las victorias más favorables para la independencia de la nación”. Porfirio Díaz a Benito Juárez.
Juárez comprendió, y lo dejó ir por fin. Regresó a la ciudad de Oaxaca, donde fue recibido como un héroe triunfante, el 23 de febrero de 1868.
Días después se trasladaron a la hacienda de “La Gloria” (un regalo hecho por sus conciudadanos), él, Su esposa Delfina y su primer hijo, allí vivió.
Allí vivió Porfirio dedicado a la siembra de caña de azúcar, a su familia, y a otro tipo de cultivo más lucrativo, el de las intrigas políticas. Durante éste tiempo solo tomó armas una vez; llamado por el gobierno de Oaxaca para reprimir un levantamiento de indios serranos que se habían revelado en Ixtlán. Después de la refriega le escribía a Delfina “Todo ha pasado y si estos indios hubieran sabido que yo venía no hubiéramos disparado ni un fusil”.
“Porfirio, con un amplio sombrero de fieltro, la apariencia de medio ranchero mexicano, medio granjero texano, estaba sembrando caña en la Noria…” Carleton Beals.
El jueves 28 de mayo de 1868 nace el primogénito de Porfirio, con el nombre de Porfirio Germán Díaz Ortega, quien falleció el 4 de mayo de 1870. Su segundo hijo llegó el domingo 19 de diciembre de 1869, Camilo Díaz y murió ha sus cuatro meses de edad victima de una congestión cerebral, el  mismo mayo de 1870,  once días después de la defunción es elegido como diputado del congreso de la Unión. Seis meses después una nueva tragedia acota a las puertas del ex general, perece a la edad de 50 años, aquejada por una infección intestinal, en la ciudad de Oaxaca, Desideria Díaz Mori, la hermana mayor.
El 25 de mayo una agradable sorpresa llegó para alegrar al matrimonio Díaz Ortega, la primera hija, quien fue bautizada con el nombre de Luz. El 12 de noviembre Juárez fue declarado presidente tras una reñida elección, el candidato de oposición fue Porfirio. El cómputo oficial señaló que el Benemérito* había obtenido 7422 votos de los 10380 emitidos, de  los cuales Díaz solo quedo con el 26% 2709 votos.
También compitió por la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, el sufragio fue aún más reñido, Sebastián Lerdo de Tejada con 3874, Porfirio con 2841 votos, y 1970 se repartieron otros candidatos, los resultados lo dejaron fuera de la contienda.
El 12 de diciembre Porfirio propuso a todos los jefes revolucionarios que apliquen a los fieles al gobierno, las leyes que éste decretó contra los pronunciados.
“Que no se me considere autor o complice de algo que solo no apruebo (la convocatoria a las elecciones) sino que he combatido con toda mi razón y todo el esfuerzo moral del que soy capaz” Porfirio Díaz.
“Gral. Porfirio Díaz… Apreciado amigo… hoy hace un mes que tuve el honroso placer de escribir a U. Sobre un asunto importante, y, aunque no he tenido respuesta aún, vuelvo a escribir a U. para felicitarle por las primeras que los mexicanos le dan, cada día mas fervientes, del aprecio que le tienen, por acá llegan algunos papeleos y le veo a U. en ellos figurando como candidato para la presidencia, y me alegro mucho. U. está llamado por mil títulos a regir los destinos de su patria U. es preferido de los pueblos y del ejército, U. es uno de los hombres que se ha vestido de…” Carta de M. Quesada a Porfirio Díaz, New Cork, Octubre 5 de 1867.
El triunfo de Félix Díaz como gobernador del estado de Oaxaca lo distanció severamente de su hermano Porfirio; quien trato de impedir que la presidencia del
Tribunal Superior de Justicia del estado por algún incondicional de Juárez pero el propio Félix acepto un Juarista en ese cargo. La gota que derramo el vaso fue el nombramiento del secretario de gobierno quien era un viejo funcionario imperial, y no cualquiera sino el servidor de Juan palo Franco a quien había fusilado por traición a la patria “Cuide que el Chato no haga uso de su carácter violento para con aquellas personas que lo felicitan hipócritamente.” Porfirio Díaz a José Francisco Valverde. Mientras tanto Juárez, enfrentaba numerosos problemas: rebeliones militares, preciso disponer se pasaran por las armas  a (a los sublevados)… para evitar mayores desgracias a la sociedad.” Sostenes B. Rocha.
Las demostraciones de júbilo fueron en grado superlativo… muchos amigos brindaron por que el chato sea gobernador y tú presidente de la República. José Francisco Valverde a Porfirio Díaz.
La nación se encuentra hoy entre dos grandísimos peligros: entre la anarquía y el despotismo. Un General se ha levantado en defensa de su propia candidatura pretendiendo imponerse al país, por medio de la fuerza bruta… (Díaz). En cambio, un poder viejo, gastado, que se ha impuesto desde hace 14 años pretende dominar indefinidamente los destinos de ésta gran nación”… (Juárez). Julio Zárate.
“Nuestra antigua amistad y las desgracias que yo también he sufrido en lo más amado de  mi familia me hacen simpatizar con usted en su justo pesar, con la más sincera cordialidad”  Porfirio Díaz a Benito Juárez, por la muerte de Margarita Maza.
En el Gobierno de Benito Juárez se había respetado celosamente la libertad de prensa, por lo que con parte de los $21,000 que Porfirio había cobrado por concepto de sus salarios caídos, sus amigos  editaron un periódico opositor “El Mensajero” Con este ambiente llegaron las elecciones. El partido constitucionalista postulaba a Porfirio Díaz. “El Nigromante uno de sus partidarios más decididos, escribía: “Tenemos un candidato… Porfirio Díaz, lo hemos designado por que ni tiene pretensiones de hombre necesario ni presumiría jamás de que es posible gobernar en México sin la constitución y sin el pueblo.”
De los 12,266 votos emitidos, 5,837 correspondieron a Juárez, 3,555 a  Porfirio; 2,874 Para Lerdo. Juárez no había alcanzado la mayoría necesaria, y la elección tuvo que resolverse en el congreso, donde los diputados debían de elegir entre los dos candidatos con mayor número de votos: Juárez y Porfirio, los juaristas se aliaron con los lerdistas y juntos le dieron un gancho al hígado a Porfirio. “Sacrificar el orden y las leyes libremente adoptadas, a los planes de un hombre (Porfirio Díaz) por muy amenazador que se les suponga, sería hundirnos en una anarquía sin ternito, arruinar por completo los elementos de prosperidad en el país, destruir quizá para siempre nuestra reputación en todo el mundo y comprometer en lo futuro nuestra misma independencia” Benito Juárez.
Por segunda vez Díaz había quedado al margen de la presidencia, Porfirio y sus partidarios se negaron a aceptar la reelección de Juárez.
Díaz regresó a su hacienda y en los corrales estableció una fundición, donde fabricaba de manera clandestina, cañones, municiones y pólvora. Después de sostener una larga y copiosa correspondencia con sus amigos militares, civiles y políticos,  el lunes 6 de noviembre de 1861, en Oaxaca, desconoce al gobierno de Juárez y se levanta en armas bajo la bandera del plan de la noria, enarbolando el principio de “no reelección” sin embargo el prestigio de Juárez metafóricamente era un yunque, o sea que aún era muy pesado. Por lo que la rebelión, careció de la cohesión ne3cesaria y todo terminó en un rotundo fracaso.
“Todo sigue bien en el interior y en ninguna parte ha tenido acogida el plan absurdo del Sr. Díaz.” Benito Juárez a Rafael Cravioto.
Porfirio peregrinó por todo el país acompañado por un puñado de fieles: Manuel González, Francisco Z. Mena e Irineo Paz.
Esto constituyo tal vez su momento más sombrío su desesperación lo llevó a las remotas montañas de Nayarit, donde intentaría vender su alma al demonio, es decir, pactar con un cacique indígena que había apoyado a Maximiliano, “El Tigre de Alica”, Manuel Lozada.
Antes de iniciarla, su hermano menor había profetizado: “Vamos a perder, Juárez nos va a aplastar, pero quiero darle a mi hermano ésta última prueba de afecto, porque lo que es el indio, no friega”. Félix Díaz.
“Que ningún ciudadano se imponga y perpetué en el ejercicio del poder, y ésta será la última revolución.” Porfirio Díaz en el Plan de la Noria.
“Deseo darte ésta de mi situación presente para calmar en lo posible tus sufrimientos, que no tendía sin la desgracia de ser mi mujer” Porfirio Díaz a Delfina Ortega de Díaz, mostrando su lado sensible y romántico a su esposa ante la situación que estaba viviendo“
La revolución… Un amigo nuestro nos ha proporcionado las siguientes importantísimas noticias recibidas por telégrafo y que nos apresuramos a comunicar a nuestros lectores:
^^Oaxaca, Noviembre 9 de 1971^^ “En ésta semana estallará la revolución protestando la legislatura: No han faltado disgustos entre Félix y Porfirio Díaz, por interesarse éste en que aquel ponga el gobierno en manos de Benítez…” La revolución El Federalista 11 de noviembre de 1871.
El 23 de Enero de 1872  “un nuevo infortunio golpea una vez mas a la familia Díaz “El Chato” hermano de Porfirio: a las 3:00a.m. De hoy falleció de muerte violenta, el ex gobernador (de Oaxaca) D. Félix Díaz…” Le desollaron las plantas de los pies, y lo hicieron caminar a latigazos, mofándose de su dolor. “Acuérdate de San Vicente” le decían, mientras lo arreaban como animal. Finalmente lo ejecutaron, mutilaron su cadáver y abandonaron el cuerpo en Pochutla, donde apareció para horror de quienes lo vieron, con los genitales en la boca.  Siete días después auxiliado por Teodoro Dehesa y con el seudónimo de Antonio Mauri, Díaz salió del país a bordo del vapor Corciza.
Después de estar unos días en Nueva York, regresó a México y en Camargo lanzó una proclama donde declara seguir en pie de guerra.
El 18 de Julio de 1872, muere Benito Juárez víctima de una angina de pecho, en la ciudad de México. Y por mandato de ley al día siguiente, Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte de Justicia, toma posesión de la silla presidencial.
“…Lerdo Carecía del don de mando para mantener el paso con el progreso. Era tan sólo un puente entre el acero de Juárez y el de Díaz.” Carleton  de Beals.
“…Los juaristas que siempre ha n visto con desagrado una política tan tortuosa cono la de Lerdo, se le han separado en gran parte, y  los porfiristas, viendo que la situación no ha cambiado, continúan separados en la propaganda de su partido”. Vicente Riva Palacio.
Con la muerte de Juárez el plan de la Noria ya no tenía justificación. Uno a uno los jefes revolucionarios se acogieron* en la amnistía*. Tras la expedición del decreto de perdón, el 2 de agosto del mismo año Porfirio Díaz, escribe al gobierno pidiendo prorrogar las elecciones y garantizar la conservación de empleos de los amnistiados*. El presidente Lerdo rechaza su petición.   Un mes más tarde…”… en una casa situada en la calle del Carmen [en la ciudad de Oaxaca] falleció de sarampión la párvula Luz Díaz, de un año dos meses, e hija legítima del C. general Porfirio Díaz
El 29 de Septiembre, el ministro de guerra hace un anuncio, en el cual dice que se ha cumplido el plazo para amnistiarse, Porfirio Díaz y los oficiales que lo siguen, son considerados sobre ésta base y sólo bajo las bases que señala el decreto (no les serán devueltos sus empleos).
            Ya para el 23 de octubre, el gobernador de Durando avisa que Porfirio esta dispuesto a entregar sus armas al gobierno.
            El 21 de Noviembre, en la ciudad de México, se entrevista con el presidente Lerdo, quien le garantiza la más amplia libertad para dedicarse a sus negocios particulares.
            Porfirio se estableció cerca de una colorida población de Tlacotalpan en 1873, en un pequeño rancho llamado la Candelaria. Como en los años de su juventud, se dedicó a la carpintería, hizo composturas, labró* muebles, sillas, mesas y hasta canoas. También, al igual que en La Noria, agricultor y comerciante.
            “…Prefirió instalarse en una rancho de Veracruz llamado La Candelaria, que fue obsequiado por la legislatura local… [Un] bien escogido retiro… Mas no duró mucho la representación de aquella nueva comedia…” José López Portillo y Rojas
            Aquí nacieron los únicos hijos legítimos que llegaron a la edad adulta. Porfirio, nacido el 18 de octubre de 1873, aniversario de la batalla de La Carbonera. Y Luz, quien vio la luz por primera vez el 5 de mayo de 1875, un día memorable* en el que se recuerda la batalla del 5 de mayo.
            Tlacotalpan no fue un lugar escogido al azar, su posición geográfica le permitía estar con un pie en Veracruz y otro en querido Oaxaca: Sólo tenía que cruzar el río Papaloapan, para pasar de un estado al otro.
            En Tuxtepec, cerca de La Candelaria, sentó Porfirio su nuevo centro de conspiración.
            Todo era una treta* para hacer creer que su vida era ahora del todo campirana.
            “Porfirio era popular entre la gente de Tlacotalpan. Su primera azúcar fue oscura y burda*, pero el comentario; ’esta azúcar es de Porfirio’, aseguraba su venta inmediata.” Carletón Beals
            “…Se trasladó el matrimonio Díaz Ortega a Tlacotalpan, Veracruz, en donde don Porfirio probado del grado de militar como resultado de su amnistía, se dedicó a la carpintería, su oficio preferido.” José Fernando Iturribarria
            El precioso día llegó, en la Candelaria, en San Cristóbal Tlacotalpan, La familia recibió una gran bendición, el matrimonio Díaz Ortega recibe a su cuarto hijo, que es nombrado Deodato Lucas Porfirio. (1873)
            El año de 1874 lo más relevante fue que nuevamente fue elegido diputado al congreso de la unión. Sus corifeos le hicieron notar su necesidad de que participara activamente en la cámara, digámoslo así: para que se hiciera notar.
            Como hombre listo que era, anduvo cazando una oportunidad y la encontró. Lo cual no sabía si fue un paso o un tropiezo. Hubo una propuesta para reducir las pensiones de los veteranos de guerra. Como era de esperarse tomó la palabra. Comenzó diciendo que era injusto lo que se pretendía hacer a los más fieles servidores de la nación, no pudo decir más. Sus palabras se volvieron incoherentes, resalladas*, divagaciones; no supo como concluir y como acto de impotencia entre la situación… se puso a llorar. Así bajó de la tribuna, el rostro empapado de lagrimas, mientras uno de sus compañeros y según uno de los testigos: “no sabían lo que debían hacer, si llorar también o prorrumpir en carcajadas”.
            Sin embargo esto no puso obstáculo a su acenso en la política. Los porfiristas realizaron una gran campaña de desprestigio político hacia Lerdo de Tejada, el presidente. En un momento Lerdo intentó algo imposible: ofrecer a Porfirio la representación de México en Berlín, Alemania. A lo que Díaz respondió clara y despectivamente: “Diga usted a don Sebastián que no tengo méritos diplomáticos para tal puesto; que por tanto, debo considerar su oferta como un favor, y los favores sólo los acepto de mis amigos”.
            “Por el momento sería locura intentar algo contra Lerdo, que es muy popular; esperemos que su prestigio se gaste y cuando le veamos de capa caída, emprenderemos de nuevo la aventura” Protasio Tagle a Porfirio Díaz
            Otro regalo de Dios trajo nuevamente felicidad a Porfirio Díaz y Delfina Ortega, el 5 de mayo de 1875 nació su quinto hijo.
            “En la iglesia parroquial de Tlacotalpan… bauticé solemnemente… a Luz Aurora Victoria… Fue su madrina doña Nicolasa Díaz.”
            La intención de Sebastián Lerdo de Tejada era obvia, pensaba reelegirse.
            En el aire se sentía la proximidad de una nueva revuelta*. Díaz había vendido su rancho en Tlacotalpan con el simple pretexto de dirigirse a Durango. Por otro lado, su destino realmente era Nueva Orleans. Desde ente puerto se dirigió a Brownsville, en 1875, frente a Matamoros. Ahí esperó cautelosamente a que los hechos, cuidadosamente preparados se llevaran a cabo. Se dijo que recibió en Estados Unidos dinero y elementos militares de inversionistas norteamericanos, a quien había ofrecido importantes cohesiones*.
            Mientras tanto, en Tuxtepec, Oaxaca, un día lunes 10 de enero, ya iniciado el año de 1876, se proclamó el Plan que llevaría el nombre del poblado. Lo sostenía un viejo amigo suyo, el general Fidencio Hernández. La proclama* declaraba como ley suprema de la nación el principio de la no reelección del presidente de la república, y nombraba general en jefe del ejército regenerador a Porfirio Díaz.
            En la redacción del plan participaron también: Justo Benítez, Ignacio L. Vallarta, Protasio Tagle y Pedro Ogazón.
            En Guerrero, Yucatán, Veracruz, Hidalgo, etc. hubo alzamientos en su apoyo. Las ideas parecían del todo lo que más les importaba a los opositores, la idea de levantarse en armas y agruparse alrededor de la bandera de Porfirio Díaz, símbolo de la constitución de 1857 parecía más afectivo.
            “…Porfirio Díaz había demostrado a satisfacción de todo el mundo que le sobraba el apetito y le faltaba la aptitud del poder.” Ralph Roeder
            “…Díaz había aguardado cuatro años… pero siempre en acecho* del sillón presidencial e impaciente por ocuparlo cuanto antes. Lerdo no podía desconocer las tendencias* de su rival, y desconfiaba; el uno tenía la vista fija en el otro; era evidente que iba a estallar el conflicto en cualquier momento.” José López Portillo y Rojas
            El sábado, cinco días después de la proclama, fue el levantamiento armado, enarbolando el Plan de Tuxtepec, en éste participaron amigos cercanos a Porfirio, Ireneo Paz, Ignacio Ramírez, Protasio Tagle, José Justo Benítez, los generales Jerónimo Treviño y Manuel González, entre otros.
            El 2 de abril de 1876, capturó Matamoros. Era la entrada de Díaz a territorio nacional. Organizó las tropas, dejó a Manuel González al frente de la ciudad recién tomada, y salió para el interior. Lerdo no había estado inactivo, ya Mariano Escobedo lo perseguía y frente a él otro ejercito, al mando estaba Carlos Fuero. “Si usted me autoriza, le traeré la cabeza de Porfirio.” Mariano Escobedo        “No se moleste general, con sus orejas es suficiente.” Sebastián lerdo de Tejada.
            Porfirio logró reunir 2500 hombres y se dirigió a Icamole, Nuevo León. En ese punto, fue derrotado por Fuero completamente.
            “En cuanto Fuero se dio cuenta de la presencia de Porfirio, salió denodadamente a su encuentro, al frente de un cuerpo de dos mil hombres, y le presentó la batalla... En ella quedó completamente destrozado el ejército porfirista, por lo que no  cupo más recurso a su jefe, que comprender rápida retirada, a uña de caballo.” José López Portillo y Rojas
            La prensa, en la ciudad de México, recordaría el 2 de noviembre, celebró la victoria mofándose del “Llorón de Icamole”.
            Díaz había decidido regresar a Oaxaca para seguir la campaña. El 21 de Junio cruzó hacia Estados Unidos, y fingiendo ser homeópata cubano, borracho y extravagante se embarcó en el City of Havana.
            En Tamaulipas, agentes Lerdistas inspeccionaron el barco, y Porfirio saltó al mar. El capitán lo alcanzó a rescatar, encubriéndolo y notificando que el supuesto médico había sido devorado por tiburones.
            “…el general Díaz salió de su camarote… se despojó de la ropa, se lanzó al agua… nadaba con gran habilidad y parecía capaz de trasponer la distancia que separaba el barco de la playa, pero todos manifestaban sus temores de que antes de lograrlo fuera presa de los tiburones…” José Fernando Iturribarria
            Además de que [el capitán] lo ayudó a desembarcar en Veracruz y ahí Porfirio siguió su marcha a Oaxaca.
            Aunque estuviera en el trajín de la campaña, no se olvidaba de Delfina. Se escribían cartas, y para protegerla se comunicaba con ella utilizando una inocente estratagema.
            La correspondencia iba firmada con otro nombre: “Crisanto” le escribía a “Petra” ocultando así su identidad, sin embargo todo quedaba al descubierto cuando decía que le gustaría que Porfirito aprendiera ya el alfabeto.
            “Marzo 18 de 1876, Querida Petra: Recibí las fotografías de los niños, gracias por esa amabilidad que tanto bien me hace y gracias también por el aviso de…”          D. Porfirio Díaz a Delfina Ortega utilizando el seudónimo de Crisanto y Petra
            El 7 de Julio ya se había repuesto de la derrota, llegó a Oaxaca y expidió una nueva proclama contra el gobierno de Lerdo de Tejada.
            El jueves 16 de noviembre, Porfirio ya había reunido un nuevo ejército. Lerdo envió entonces la mejor carta que tenía, el más importante general, Ignacio Alatorre, a aniquilar de una vez y para siempre a Díaz. Este día se libró la batalla de Tecoac.
            “Fue en vano que Alatorre pretendiese detener la avalancha que caía sobre él; en vano que ordenase sabios movimientos estratégicos; nada fue capaz de detener el empuje de aquella ola humana… El destino se decidía a favor de Porfirio.” José López Portillo y Rojas
            Al preguntarles a algunos soldados por sus armas, mostraron palos, cuchillos y viejas y desgastadas carabinas. La batalla comenzó mal para los rebeldes, pero el esfuerzo oportuno del “Manco”, Manuel González, que había sido herido en el combate, selló la suerte de la contienda a favor de Díaz.
            “¡Soldados! La victoria ha coronado sus nobles esfuerzos, y han adquirido un hermoso título de gratitud por parte de sus conciudadanos… La patria les debe su libertad.” Porfirio Díaz
            “…Manuel González, herido, tuvo que guardar coma… Porfirio Díaz, apenas repuesto por la emoción del triunfo, se acercó a aquel lecho y estrechó con efusión la única mano del herido. ‘Le debo a usted la victoria –le dijo– y será usted mi ministro de la Guerra’”. Salvador Quevedo y Zubieta
            El presidente de la Suprema Corte de Justicia vio en el plan de Tuxtepec la oportunidad de llegar a la presidencia de la republica. Su movimiento Iglesista no prosperó, solo logró fortalecer al desvanesiente Porfirio antes del suceso en Tecoac.
            El 21 de Noviembre Díaz entró triunfante a la capital, por el otro lado, Lerdo salió a un exilio en Nueva York.
            “… don José María Iglesias… era llamado a asumir el poder ejecutivo de la República; pero el general Díaz no había hecho la revolución para entregar el poder en otras manos.” Ramón Puida
            Porfirio vio su ambición presidencial colmada a sus 46 años de edad. Apoltronado en la famosa silla, pidió un préstamo forzoso a los comerciantes de la capital y nombró su gabinete: Vallarta, en Relaciones Exteriores; Protasio Tayle, en Gobernación; Ignacio Ramírez, “el Nigromante, en justicia; Vicente Riva Palacio en Fomento; Justo Benítez en Hacienda y al general Pedro Orgazón en Guerra. Designó para ocupar, de manera transitoria, la presidencia a otro fiel suyo: el general N. Méndez: ya con todo resuelto salió a combatir a los iglesistas. Fueron derrotados rápidamente.
            “Díaz… queriendo conservar las formas, que según su juicio, tenían la apariencia de legales, nombró en su lugar interinamente… al general N. Méndez, e hizo que éste, a su vez, le nombrase general en jefe del ejército de operaciones… José López Portillo y Rojas
            Por otro lado Méndez convocaba a las elecciones, en las cuales Díaz ganó por una abrumadora mayoría.
Inicia el Porfiriato
            El 5 de mayo de 1857 se convirtió en el presidente constitucional.
            En una publicación titulada La Libertad, Justo y Santiago Sierra, Agustín G. Cosmes y teles-foro García, formularon un programa del régimen, que tenía como premisa fundamental la creación de un poder ejecutivo fuerte.
            “Llegaba, si, al poder, rodeado de héroes…Gobernó con ellos, pero no compartió con ellos el poder… [Pues] ninguno le igualaba en Historia ni se le acercaba en popularidad ni en Prestigio”. Emilio Rabaja
            “¿Qué quiere decir la paz? Dos cosas: una buena política para hacer abortar las Revoluciones, y un gobierno fuerte para sofocarlas.” Para lograr una pacificación plena se necesitaba un principio de conciliación con la iglesia. De ésta forma el gobierno logró un acuerdo de mutua correspondencia con ella, el cual fue avalado por el Vaticano: el régimen enfriaría las Leyes de Reforma mientras la Iglesia se concentraría en su misión pastoral.
            El 2 de septiembre, Díaz ordenó que los utensilios de cocina de Palacio Nacional se repartieran entre los Hospitales.
            Díaz solicito al Congreso las facultades necesarias para reorganizar al ejército. Utilizó movimientos estratégicos, las tropas fueron distanciadas de sus zonas de influencia, evitando así que se consolidaran nuevos cacicazgos.
            Controló la ambición de ciertas partes del ejército y garantizó su lealtad, nombrando jefes de zonas militares y luego gobernadores a los principales generales que combatieron en la intervención.
            Se había iniciado una enérgica campaña de Pacificación: Los generales norteños, El cobedo, Naranjo, y Terrazas, eliminaron las incursiones de los apaches en los estados fronterizos. El cuerpo de Rurales, organizado a partir de las guerrillas republicanas era el comisionado para acabar con los bandidos que atacaban las regiones mineras y comerciales del país.
            Hubo varios salteadores ahorcados o fusilados, entre ellos; Macario Romero, Heraclio Bernal, y Chucho “el Roto.”
             El ejército también utilizó estas tácticas en las rebeliones de Domingo Nava, en Sinaloa, del general Terán en Mazatlán y en las revueltas rurales de Tamazunchale.
            El 22 de Enero de 1878, en la ciudad de México, en la calle Monlda numero 1, nació Camilo Díaz, el sexto hijo de Porfirio. Al día siguiente muere.
            “Hoy a las siete de la mañana…falleció de una asfixia el niño Camilo Díaz, de 19 horas de nacido.”
             Para garantizar una estabilidad política se necesitaba obtener el reconocimiento de gobiernos extranjeros. Estados unidos lo condicionó a la solución de los antiguos problemas fronterizos; 18 meses duraron las negociaciones, y en abril de 1878, el gobierno Porfiriano fue reconocido. España y Francia otorgaron su reconocimiento en 1877 y 1880, Inglaterra hasta 1884.
            Era Domingo, había dos niños que estaban ahogándose y Porfirio se arrojó al agua para salvarles.
            En junio de 1879, se dio un caso, cuya frase identificaría como presidente a Porfirio. En el buque libertad, anclado en Veracruz, un grupo de lerdistas planeaban una rebelión, la cual  terminó con una precisa orden del presidente al gobernador Luis de Mier y Terán: “Mátalos en caliente”   “… don Porfirio en seguida al general Luis de Mier y Terán en clave telegráfica para avisarle que en el puerto se preparaba un levantamiento… El gobernador, medio enloquecido por las circuntancias, dio orden que se aprendieran a los cabecillas designados por el general Díaz y… fueron apresados por las armas.” Monseñor Eulogio Gilow
            La pacificación no se dio con tan solo sofocar los levantamientos, tambien era indispensable la paz en las instituciones,  por lo que Porfirio decidió acoger la propuesta de Justo Sierra,  que quería modificar el sistema de sustitución del presidente de la república que establecía la constitución. Tuvo el apoyo de Ignacio L. Vallarta, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien pensaba que la Carta Magna permitía a gente sin escrúpulos llegar al más alto tribunal, “Urdir intrigas para suplantar al presidente de la república”, estaba deseoso de librar al tribunal judicial  de las ambiciones políticas para consagrarlo  por entero a la labor de velar  por la constitucionalidad y por las garantías individuales.
            El 2 de abril de 1880, en la Ciudad de México nació Victoria Francisca, la tercera hija mujer del matrimonio Díaz Ortega. “…falleció de anemia congénita* la niña Victoria Díaz, de veintisiete horas de nacida, hija del legítimo matrimonio del ciudadano  presidente de la República Porfirio Díaz”
            Porfirio para poder casarse canónicamente con  Delfina, que era el requisito indispensable para obtener la absolución*, quien en trance de muerte por un mal parto había decidido arreglar sus cuentas con Dios. Sin embargo, las cosas no eran tan sencillas, eso solo podía lograrse si dejaba su vida en concubinato, con una celebración de matrimonio canónica. Pero esto solo era posiblede una manera: Porfirio tenía que retractarse de haber jurado a la constitución de 1857. Pelagio Antonio Labastida, arzobispo*  de la Ciudad de México, agilizó los trámites, dispensó el impedimento que había por consanguinidad y  dispuso que el registro de la nupcia se guardara en los archivos secretos de la mitra, no obstante se mantuvo sólido en algo: la objuración de Porfirio. Y finalmente en la madrugada, Díaz escribió que su religión era la católica, que juró a la constitución porque pensó que no contrariaba los dogmas de su fe, que no poseía ningún bien que haya sido expropiado a la iglesia, aceptaba su pertenencia a la masonería, pero que se había alejado de ella… y firmó. Ese mismo día, el arzobispo* autorizó especialmente, un sacerdote atestiguó* la unión, que por palabras del presente contrajeron Díaz y Delfina Ortega. Al día siguiente Delfina murió.
“…hoy, a las nueve y media de la mañana, en la casa numero uno de la calle Moneda, falleció Delfina Ortega de Díaz, de Oaxaca, de treinta y dos años, casada con el ciudadano Porfirio Díaz, presidente de la república Mexicana, mayor de edad, militar… se pidió boleta para el Panteón del Tepeyac” Acta de defunción de Delfina Ortega.
Único intervalo
“Solía Díaz… ir a bañarse en la alberca de Pane, acompañado de algún amigo… Al oír tal pregunta se zambulló y apenas hubo sacado la cabeza del agua, libre de espuma respondió: ‘yo a quien apoyaré para la presidencia, será mi compadre González’ Así murió en el baño el Benitismo y nació el Gonzalizmo.”
            Díaz tenía previsto volver a la presidencia de la república con la reforma constitucional de mayo de 1878, que permitía la reelección en un intervalo de cuatro años, lo cual solo era posible nombrando un sucesor que le garantizara la vuelta al poder. Todo parecía apuntar hacia Justo Benítez, quien había tenido el cargo de su secretario particular durante la guerra de intervención, su consejero en los últimos años y su amigo. Sorprendentemente, el candidato que nombró no era nada menos que su compadre “el Manco” Manuel González, quien le ayudó a obtener la victoria definitiva en Tuxtepec, se supone la decisión fue tomada probada la lealtad de González. El 11 de diciembre, el general Gonzáles recibió la silla presidencial de manos de su entrañable amigo y compadre, Porfirio Díaz.
La nueva  administración siguió con las obras iniciadas durante el primer periodo de Porfirio. La política ferroviaria se consolidó; se fundó el Banco Nacional de México, se adelantaron mucho los trabajos de fijación de límites con Estados Unidos, y se resolvió el problema del Soconusco (su incorporación al territorio nacional sin que México tuviera que pagar un solo peso de indemnización a Guatemala)  Aunque hubo una campaña de desprestigio de los porfiristas, que auspicio nada menos que el mismo Porfirio, que ensombreció los trabajos administrativos* gonzalistas. “La nación estaba perpleja ante el nuevo presidente. El general González era todo un soldado ¿Era un hombre de gobierno? Hubo gran esperanza; el nuevo ministerio se componía de ciudadanos probos, el ex presidente Díaz formaba parte de el…” Justo sierra.
Se le acusó de corrupción, del enriquecimiento ilícito de sus colaboradores, de haber puesto en circulación la moneda de níquel, pero lo más grave era reconocer la deuda inglesa a cambio del reestablecimiento de las relaciones con Gran Bretaña. El desprestigio hacia González era enorme, se le acusaba sin cuarta de haber convertido el Palacio Nacional en una cantina, y de haber importado mujeres extranjeras. Para muchos esa era una situación que solo podía se remediada por Díaz.
El viernes 3 de diciembre, la cámara de diputados lo declara benemérito de la patria. Durante los primeros meses del gobierno de González procuró no desentenderse del la administración, y por ello fue designado ministro de Fomento, para con ello darle seguimiento y continuar con la obra material. Promovió obras en Tehuantepec, y comenzó con una relación que le fue personalmente benéfica.
Carmelita y don Porfirio
Frecuentó la casa de Manuel Romero Rubio, constituyente del 57, quien fuera diputado y ministro de relaciones exteriores en el periodo de Lerdo de Tejada. La conexión se volvió mas estrecha con las visitas de Porfirio, que acudía con la simple intensión de cortejar a Carmelita, hija de Manuel Romero, quien ocupó el ministerio de gobernación desde el segundo periodo de gobernación de Díaz hasta su muerte, por ello era nombrado “el Mefistófeles de Díaz”. La amistad entre Romero y Díaz selló la reconciliación entre lerdistas y porfiristas.
El 20  de mayo de 1881, Díaz renunció a la secretaría de fomento, para callar una serie de rumores que se formaban a cerca de su tutela sobre Manuel González.
Carmen Romero tenía 17 años. Había estudiado en los Estados Unidos. Su conocimiento en lenguas  el pretexto perfecto. Porfirio (de cincuenta y un años) era su alumno, con ella aprendía inglés. Luego de los primeros verbos y sustantivos le escribió una carta plagada de faltas de ortografía, en la que le declaraba su amor.
            El 5 de noviembre de 1881 fue la boda civil, y el siete de noviembre la boda religiosa.  “En  la Ciudad de México, a las siete de la noche del día cinco  de noviembre de mil ochocientos ochenta y uno…  comparecieron… para celebrar su matrimonio,  el ciudadano Porfirio Díaz y Carmen Romero Rubio y Castelló; el primero de Oaxaca, de cincuenta y un años, militar... viudo de la señora Delfina ortega… la contrayente, de Tula, Tamaulipas, de diez y siete años doncella…”Acta de matrimonio civil de Porfirio Díaz y Carmen Rubio.
El 1 de diciembre, en la ciudad de Oaxaca, Díaz protesta como gobernador de Oaxaca, del periodo 1881-1885. En 1882 pidió una licencia para separarse por tiempo indefinido de sus funciones de gobernador del estado. Cuando le autorizaron decidió marchar a la capital, donde la situación para González se ha puesto sumamente difícil.
El 28 de marzo de 1883, Porfirio y Carmelita fueron recibidos por el presidente de los Estados  Unidos, Arthur, en Washington, pues se encontraban en un viaje que duró varias semanas. Díaz fungía como el representante de México en la Feria  Mundial de Nueva Orleáns.
El 19 de abril, la cámara de diputados nombró a Porfirio como ministro primero de la Suprema Corte de Justicia.
            “…Partieron de luna de miel rumbo  a estados Unidos… En Nueva Cork Carmen quizo visitar a Lerdo, antiguamente gran amigo de su padre. Pero Lerdo se negó a verla a ella y a Porfirio…” Carletón Velas
Por todos los lugares por donde ponían los pies se organizaban banquetes, fiestas y bailes en su honor.            “Al volver el general Díaz… un cambio radical se había operado en su carácter. Su pelo era dócil y un tanto ondulado, su piel había aclarado considerablemente, su traje oscuro y elegante, su andar reposado,  jamás andaba a pie… ya no vestía de uniforme sino en ocasiones solemnes…” Toribio Esquivel Obregón
            El 4 de mayo regresaron de su viaje. Tiempo después renunció al ministerio de Fomento para lanzarse en diciembre nuevamente a la candidatura del estado de Oaxaca. Lo cual logró fácilmente. Durante su mandato eliminó impuestos, obtuvo SUPERAVIT en la hacienda pública, estableció el alumbrado público, inauguró la sucursal del Monte de Piedad, mando construir el puente del río Atoyac, abrió l escuela de Artes y Oficios de Oaxaca. En 1883, pidió permiso al Congreso Local para separarse del ejecutivo y regresar al ministerio de fomento, pero el motivo realmente fue su propia reelección.
            Manuel González tenía su propio candidato, pero la campaña periodística de desprestigio auspiciada* por porfiristas. Frustró su intento por imponerlo: lo tacharon de desleal, traidor y lo acusaron de que quería acabar con la vida de Porfirio. “El general Díaz, siempre desconfiado, siempre temeroso de una deslealtad… tomó todo género de precauciones  para evitar que no se le entregara el poder… con el periodo del general González puede decirse que acabó el gobierno de Tuxtepec. El caudillo continuaría en el poder, pero los principios proclamados, y de los hombres que ayudaron a su conquista, nadie se acordará ya, era sólo un recuerdo…” Ramón Prida
            Acabaron con la imagen de Manuel, pero éste le demostró nuevamente su lealtad firme, así lo apoyó a regresar a su amada silla. “… elevó [a Manuel González] a la presidencia primero, pero después desconfió de el…En sus conversaciones privadas le desprestigiaba cuanto podía, y solía decir de el  con gracejo aparentemente compasivo: `¡Lástima de mi compadre.  Hubiera sido un buen gobernante a no ser por su invencible tendencia a la asimilación (esto es al robo)! ´” José López Portillo y Rojas.
Paz a toda costa
Porfirio sabía que ante todo México necesitaba la paz, la impulsó sin miramientos. Al tiempo las calles se limpiaron de malhechores, cayeron las leyendas de ladrones (como Heraclio Bernal), cesaron las rebeliones militares y solo quedaron los recuerdos del pasado; las revueltas indígenas que luchaban por la tierra. “Para evitar el derramamiento de sangre, fue necesario derramarla un poco.  La paz era necesaria, aún paz forzosa, para que la nación tuviese tiempo de pensar y para trabajar.” Porfirio Díaz.
“Nuestro indisputable progreso reconoce por causa original, a no dudarlo, la portentosa influencia de la paz...” Porfirio Díaz.
“… todo se sacrificaba a la paz: la constitución, las ambiciones políticas, todo, la paz ante todo. Pocas veces se ha visto en la historia de un pueblo una aspiración* más premiosa, mas unánime, más resuelta.”Justo Sierra
Des-acreditación de un poema
Los partidarios de Díaz buscaron mancillar la Constitución de 1857, cuyos preceptos contradecían la idea y práctica de la dictadura. Buscaban demostrar de alguna manera que la Carta Magna pertenecía a una etapa “metafísica”, de esta manera organizarían de manera definitiva la etapa “positiva”, querían abrir el camino a nuevas ideologías. “La constitución es solo un bello poema…tiene veinte años de vida y nadie la ha puesto en práctica.”Justo Sierra. Desde ese momento Porfirio acató las formas pero violó el contenido del estatuto más alto de México. “Y al hacerlo instauró e corazón de la política mexicana una práctica destinada a sobrevivirlo: la simulación”  Enrrique Krauze, Fausto Zerón-Medina.
“Sin violar entonces una fórmula legal, el presidente Díaz ha sido envestido, por la voluntad de sus ciudadanos, y por el aplauso de los extraños, de una magistratura vitalicia de hecho.”Justo sierra. 

“ El señor general Díaz… comprendió demasiado que no era posible gobernar bajo el imperio riguroso de esas leyes,, por que el llevaba a la anarquía, pero también comprendió que su carácter sagrado las hacia punto menos que inviolables, y supo apurar la dificultad.” Andrés Molina Enríquez.
La Reelección
En el Plan de la Noria se había levantado la bandera de “sufragio efectivo, no reelección” pero en 1878 logró la reforma que lo dejara volver a reelegirse. Asumió la presidencia en 1884, luego de las elecciones, una mayoría absoluta, y 15 766 votos logró regresar al poder. En septiembre fue declarado presidente constitucional para el periodo 1884-1888. El once del último mes del año se le autorizó reformar  la organización de las oficinas suprimiendo lo innecesario. El jueves del mes siguiente regía a toda la república el código de minería, expedido el 22 de dos meses antes.
En marzo de 1855, Rufino Barrios, gobernador de Guatemala, con el apoyo del presidente de los Estados Unidos, avisó, así sin más ni más, al gobierno mexicano que proclama la Unión de los Estados de Centro América en una sola república, queriendo asumir el carácter de jefe supremo militar, México no demoró en dar la negativa, Barrios falleció un mes después un una batalla, y con el esa ideología.
 Maniobró para que el Congreso votara por la reelección por un periodo adicional en 1888. Dos  años después logró que fuera aceptada la reelección de manera indefinida. Inmediatamente se formaron la Junta Central Porfirista y la Unión Liberal   para preparar su candidatura para el periodo 1892-1896, y de ahí a la eternidad. Cada cuatro años había elecciones, y en todas ellas ganaba “el Caudillo necesario”.
 “…la dictadura ha sido una consecuencia de organización constitucional, y la perpetuidad de los presidentes [Juárez y Díaz] una consecuencia natural y propia de la dictadura.” Emilio Rabasa
Lo mismo pasaba en los estados, con los jefes políticos “ Todos los puestos de elección popular se llenaban por nombramnientos del presidente: diputados, senadores, gobernadores, magistrados. Todos deben sus puestos al favor ejecutivo…”Ralph Roedor
Se respetaba formalmente el voto universal, “el pueblo” designaba electores que acudían a las urnas, pero todos sabían que el único sufragio que valía era el del  “el gran elector”. “Ningún gobernante de México ha gobernado democráticamente por la sencilla razón de que el pueblo mexicano no es demócrata…” Francisco Blunes.
Tiempo después declaró a un periodista norteamericano: “Varias veces he tratado de renunciar a la presidencia, pero se me ha exigido que continúe en el ejercicio del poder, y lo he hecho en beneficio del pueblo que ha depositado en mi su confianza.” A partir de su primera reelección hizo limpia de “tuxtepeños netos”, sus compañeros de la época en la que su ambición aún no había sido colmada. Algunos de ellos murieron en circunstancias inusuales y sospechosas, como la muerte de Trinidad García de la Cadena el primero de noviembre de 1886, gobernador de Zacatecas. Marcelino Morfín García, con autorización tácita de Díaz, lo fusiló bajo el pretexto de estar involucrado en una revuelta. Hubo momentos en los que fue menos violento:  los mandó al retiro, los mantuvo en reserva, o los favoreció con jugosas concesiones. “Los gobernadores, en su mayoría amigos cercanos a Porfirio, fueron escogidos al principio por su lealtad absoluta, pero cada vez más en mayor medida, según transcurría el tiempo, fueron ricos católicos pertenecientes a los exclusivos círculos aristocráticos! Carletón Beals.      Instauró gobernantes más jóvenes, incondicionales aliados: Bernardo Reyes- Nuevo León; Próspero Cahuantzi- Ídolo indígena de Tlaxcala; el más poderoso y el más pintoresco respectivamente. Todo era resuelto con el más burdo absolutismo*: las legislaturas estatales se integraban con cuidadosa aprobación, los problemas locales, desde el más mínimo hasta el más grave, eran resueltos con un telegrama a la Ciudad de México. Díaz respondía atentamente a través de su secretario Chousal. “Díaz quitó a los gobernadores toda autoridad, asumiendo así toda autoridad, toda responsabilidad; determinó por sí la sucesión de los gobiernos locales, ordenó  la elección de todos los representantes, y se exhibió  como depositario único de la autoridad de la naión.”Emilio Rabasa
Yaquis, Mayos y Tomóchic
En el territorio de yaquis y mayos, el ejército libró una batalla interminable contra los indígenas. A pesar de la brutal política de deportarlos a Yucatán o a Valle Nacional. En el primer estado, los mayas, insurreccionados desde mediados de siglo, tuvieron una resistencia incesable hasta que fueron derrotados por el ejército federal. Tal vez la rebelión más sonada fue la de la mesiánica sublevación de Tomóchic, en Chihuahua.
Ideología Porfiriana
Desde sus primeros meses hubo un fundamento al arribo al poder, que tenía como destino una filosofía que se apartaba del liberalismo puro que tenían los hombres de reforma. El canal de la nueva propuesta ideológica fue un periódico efímero nombrado paradójicamente “La Libertad”. Sin embargo su objetivo era completamente lo contrario: “Declaramos no comprender la libertad si no es realizada dentro del orden, y somos por eso conservadores; ni el orden si no es impulso normal hacia el progreso, y somos por tanto liberales.”
En la educación
La instrucción en la élite porfiriana tenía por misión fundamental formar la clase gobernante. La mayoría de los más cercanos colaboradores de Porfirio cruzaron por los salones de la Escuela Nacional Preparatoria, y luego por los de la jurisprudencia. En tales institutos se privilegiaba la demostración científica, descartando lo relacionado con la religión, o la metafísica. Enseñanza que se difundió también a la Escuela Normal de Profesores. El colegio  Militar, en el castillo de Chapultepec, formaba a la oficialidad básica del ejército.
Creen las haciendas
Las haciendas crecieron con la ley de tierras y enajenación, sin embargo no todas, a pesar de ser o haberse convertido en gigantes extensiones de tierra, no eran del todo productivas. Había una notoria desigualdad social. Las jornadas de trabajo estaban entre doce y 16 horas diarias,  con intervalos de 45 minutos para comer, los obreros ganaban de cincuenta centavos a un peso con veinticinco centavos, los peones ganaban alrededor de la mitad.  Las haciendas eran una especie de feudo, engulleron a los pueblos de tradición comunal. En ellas se plantaba tabaco, henequén, café, tabaco, guayule, cacao, algodón, ixtle, azúcar, y lo más importante, el maíz.
Notable capital
Se limpió la imagen de la capital, lo prioritario era darle una buena apariencia, se introdujo el alumbrado público, se idearon colectores a lo largo de los canales de aguas negras, todas estas operaciones eran para hincar el saneamiento de la capital.
Si bien es cierto que la ingeniería venia de Inglaterra, pero la estética venía de parís, México se había convertido en un país afrancesado.
El ferrocarril
El ferrocarril era sinónimo de progreso, era el tema de poesía, obras de arte. Los puentes eran el orgullo de la ingeniería. Se introdujeron de 600 kilómetros de vías a  15441. Permitieron el comercio, unieron el golfo con el Pacífico, y a las ciudades más importantes con la ciudad de México. Quince años después comenzó a explotarse el petróleo nacional, para el abastecimiento de combustible.
Los días del general Díaz
. El 4 de febrero la republica mexicana es invitada a participar, en la exposición universal de  parís. El 30 de abril, le es otorgada la legión de honor a Porfirio por parte del residente de Francia. 31 de octubre se inauguran la línea del ferrocarril México nuevo Laredo. El 1° de diciembre toma protesta como presidente de la republica. El 27 de abril de 1890 se celebra en el paseo de la reforma un combate de Flores (desfile). El 11 de Diciembre el presidente recibe la facultad para convertir y consolidar los créditos de las empresas ferroviarias. El 20 de diciembre la constitución es reformada nuevamente para poner restricciones a la reelección presidencial, el presidente podrá ser electo las veces que el pueblo los elija. El 23 de diciembre de 1891 Pedro Rincón Gallardo (Futuro consuegro de Porfirio) es nombrado enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de México en Rusia. 1° de diciembre de 1892 Porfirio protesta como presidente reelecto para el periodo 1892- 1896. El 30 de mayo de 1893 el congreso autoriza a Porfirio para que por el término de 5 años pueda celebrar contratos, franquicias y concesiones que garantizan las inversiones extranjeras en México. El 10 de septiembre de 1894 Porfirio expide el nuevo código sanitario. 7 de octubre de 1896 Porfirio Díaz es declarado presidente para el periodo 1896- 1900. El 15 de mayo de 1897 se firman los tratados de paz entre las autoridades porfiristas y los indios Yaquis. El 16 de septiembre en los momentos en que llegaba la comitiva presidencial a Alameda para iniciar los festejos de la independencia, Porfirio es golpeado en la nuca por Arnoldo Arroyo quien es aprendido y días después aparece muerto en la inspección general de policía. El 14 de noviembre su hijo Porfirio Díaz ortega contrae matrimonio con Luisa Raigosa. El 14 de febrero de 1898 se inaugura en la cuidad de México el nuevo alumbrado eléctrico. El 8 de noviembre de 1899 Luz Díaz contrae matrimonio con Francisco rincón gallardo. El 6 de diciembre se inaugura el banco mercantil de monterrey. El 15 de enero de 1900 se inaugura el servicio de tranvía eléctrico entre México y Tacubaya. El 17 de marzo Porfirio Díaz inaugura las obras del desagüe del valle de México. El 1° de diciembre comienza su 6° periodo presidencial por su quinta reelección. El 5 de mío de 1901 las tropas federales al mando del general Ignacio Bravo, toman el ultimo reducto importante de la resistencia maya, el poblado de Chan Santa Cruz. El 22 de octubre presencia de las delegaciones de los países de América que asisten a la inauguración y sesiones del segundo congreso PAN-americano. El 2 de enero de 1902 Porfirio Díaz coloca la primera piedra del monumento a los héroes de la independencia. El 6 de marzo se inaugura en Veracruz las monumentales obras del pueblo, realizadas por una firma inglesa.
El 27 de octubre de 1903 hay un supuesto atentado contra Díaz durante su viaje a la ciudad de Guanajuato. El 2 de diciembre la cámara de diputados aprueba la iniciativa para ampliar el periodo presidencial a 6 años y crear la vicepresidencia. 1° de diciembre de 1904, Díaz comienza su 7° periodo presidencial, el vicepresidente es Ramón Corral. 28 de septiembre de 1905 los miembros del radio oposicionista regeneración constituyen en  san Luis Missouri, la junta organizadora del partido liberal mexicano. El 15 de diciembre se le otorga a Porfirio Díaz el gran cordón del merito militar. 8 de abril de 1906 se terminan los trabajos de restauración en la cuidad prehispánica de teotihuacana, Porfirio encabeza el asenso a la pirámide del sur. 1° de julio se declara la guerra de cananea. El 1° de julio la junta organizadora del partido liberal mexicano, promulga su programa de lucha: “No reelección, Jornada de 8 horas, salario mínimo y sección de tierras a quien lo solicite”. El 26 de septiembre grupos magonistas se levantan en armas pero fracasan en sus intentos de apoderarse de Jiménez Coahuila y a Cayuca Veracruz. 4 de diciembre, inicia la huelga de rio blanco. 30 de septiembre de 1907 Eliun Root se entrevista con Porfirio Díaz en palacio nacional. El 7 de febrero de 1908 James Creeiman entrevista Porfirio Díaz en el castillo de Chapultepec y declara “cuales quieran que sean las opiniones de mis amigos y partidarios, me retirare del poder al terminar el actual periodo de gobierno, y no serviré de nuevo”. El 25 – 26 de junio los magonistas nuevamente se levantan en armas pero fracasan al tratar de apoderarse de las poblaciones de Viesca y las vacas cerca de la frontera de México. El 19 de mayo de 1909 se constituye en la cuidad de México el centro anti-reeleccionista*. 6 de junio Comienza la circulación del periódico de oposición, “el Anti reeleccionista”. El 18 de Junio Francisco I. Madero inicia sus giras de proselitismo. El 16 de abril de 1910 Porfirio Díaz se compromete a dar el poder ha quien el pueblo designe. El 6 de julio Madero es aprendido y trasladado en la ciudad de san Luis Potosí. 10 de septiembre comienzan los actos conmemoratorios del centenario de la independencia. 6 de octubre, Francisco I. Madero escapa de la prisión de San Luis potosí y días después público el plan de san Luis, que desconoce el gobierno de Porfirio Díaz e invita al pueblo a tomar armas. El 30 de octubre en las elecciones secundarias, resultan triunfadores Porfirio Díaz y ramón Corral. El 29 de noviembre algunos grupos maderistas se levantan en armas al norte de México. El 1° de diciembre triunfa en la 7° reelección Porfirio Díaz. 21 de abril de 1911 el levantamiento armado se ha extendido por el país. El 10 de mayo triunfa la revolución maderistas. El 2 de mayo son firmados los tratados de ciudad Juárez. El 25 de mayo de 1911 Porfirio Díaz renuncia a la presidencia de la republica, abandona la capital y se dirige a Veracruz el 26 de mayo, dejando en caja $63, 000,000. El 31 de mayo se marcha de México. El 17 de junio arriba Porfirio Díaz a España, el banco de Santander pone a su disposición 1, 500,000 francos. 21 de junio recibe hospitalidad de Eustaquio Escando en parís. El 3 de julio parte con su esposa a Suiza. El 2 de octubre un grupo de viajeros mexicanos se entrevista con Díaz en parís., El 6 de noviembre madero toma posesión de la presidencia de la republica mexicana.  28 de febrero de 1912 Díaz escribe desde la turbia “ahora siento, no haber reprimido la revolución. Tenia yo armas y dinero pero ese dinero y esas armas eran del pueblo y yo ya no quise pasar a la historia usando el dinero y las armas del pueblo para contrariar su voluntad”. El 2 de abril llega a Madrid con su esposa y se niega a opinar sobre la situación de México, Al día siguiente el rey de España Alonso XIII lo recibe en el palacio de Zarzola, Salvador Castelán le obsequia una casa en Barcelona, sin embargo Díaz declina el objeto. El 19 de Enero de 1913, en Alejandría se dirige al Cairo. En el Cairo Lora Quitchener a nombre de la corona española, lo recibe con honores militares. El 15 de marzo visita al rey Gustavo V de Suecia. El 18 de marzo recibe una invitación oficial para regresar a México. 15 de abril su hija amada lo visita en parís. El 15 de septiembre en Biarritz celebra su 83 aniversario. El 1° de noviembre posa para el último retrato de su vida, con uniforme militar y en decoraciones mexicanas solamente. El 29 de noviembre acepta volver al servicio activo en el gobierno mexicano. El 2 de abril de 1914 es ascendido a general de ejército. El 14 de septiembre Díaz y Carmen apadrinan el Bautizo de Justo Sierra Casasús. El 10 de octubre comienza sus sesiones en Aguascalientes, la soberana convención revolucionaria. El 1° de febrero de 1915 Díaz y Carmen viajan a Pau en los Perineos franceses. El 30 de junio el papa le concede una bendición especial para que se recupere de salud. El 2 de Julio a las 10:30 muere Porfirio Díaz. Su cadáver es embalsamado y colocado en una caja herméticamente cerrada que se introdujo en una caja de madera. En 1° de septiembre el gobierno de Oaxaca declara 9 días de luto por la muerte  Porfirio. 27 de diciembre de 1921 sus restos son trasladados a un asoleo ubicado en la sección judía, en el cementerio de Mont Paramase en Paris, donde descansan desde entonces.


BIBLIOGRAFÍA:

Krauze, Enrrique, Zerón Medina Fausto: 
  • El orígen
  • El destierro
  • La ambición
  • El poder
  • La guerra
  • El derrumbe
Editorial Clío. 



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